La escuela, la solución.

Todos aquellos que alguna vez trabajaron con alumnos saben que si en el aula no hay pautas que se respeten, es muy difícil poder enseñar. Y si los docentes no pueden enseñar, no hay escuela. La educación es fundamentalmente transmisión, y esta sólo es posible si hay un buen vinculo entre docente-alumno.
En la escuela se debe trasmitir a los jóvenes que los límites impuestos por el adulto están fundados en el cuidado.
Sostenemos que las sanciones no sólo no están mal sino que en muchos casos son necesarias; porque abren la posibilidad de que el joven comprenda que en la escuela como en la vida no se puede hacer cualquier cosa, porque se vive en sociedad y esto implica reglas que hay que respetar.
Lo que si importa es que el límite que el adulto le ponga al chico sea educativo.
una sanción es educativa cuando el límite no es un fin mismo, sino que está dentro de un proceso de aprendizaje. En segundo lugar, cuando previamente a la sanción, se les da la palabra a los involucrados y se los escucha. Recordemos que, los chicos tienen derecho a ser escuchados cada vez que se toman decisiones que lo involucren, y tienen el derecho de poder decir lo que piensan.
Esto implica también el derecho a su defensa. Por último, una sanción es educativa cuando no implica en ningún caso la expulsión del alumno del sistema educativo.
Frente a un hecho grave, es posible pensar en un cambio de escuela, pero nunca en la expulsión. La educación es un derecho, y es una obligación del Estado garantizarlo. Tampoco olvidemos que en nuestro país la educación es obligatoria.
La responsabilidad de imponer límites que les toca a los adultos, no es un trabajo agradable, pero sí necesario para que las nuevas generaciones aprendan que no se debe actuar teniendo en cuenta sólo el interés individual, sino que también el interés de la comunidad en la cual vivimos.
Hay chicos porque hay adultos. Los adultos necesitamos ser honestos con nosotros mismos y tener en cuenta que los chicos perciben y modifican sus actitudes cuando el límite que viene de parte nuestro es para cuidarlos y no para descargar nuestra impotencia.