Un desafío para la sociedad.

Atender los problemas de la infancia es un desafío para toda la sociedad, que se presenta con más frecuencia en el tiempo de Navidad.
Entre los principales padecimientos de las niñas y niños del país están la pobreza y la marginación, con sus concecuencias sobre el crecimiento, la asimilación de valores y reglas y las expectativas para el porvenir. Además, el maltrato institucional los sigue castigando.
En la Argentina 4,7 millones de chicos menores de 14 años son pobres. De ellos, 1,9 millón vive en hogares indigentes. La pobreza afecta al 46,3% de los menores de 14 años del país. Sobre esta realidad no se está haciendo lo necesario como para transformarla de un modo radical.
La pobreza y sus consecuencias afectan el presente y el futuro de nuestra sociedad. Con falta de alimentos adecuados, con deficiente recepción de atención sanitaria y obteniendo una educación mínima, muchos de estos menores quedan en el desamparo, sin contención familiar y con escasa asistencia social.
A pesar, de que se han concretado cambios, la protección social que reciben los menores es escasa.
Pero como ocurre con los menores, las prácticas de las instituciones deben mejorarse, ya que en muchos casos no proporcionan la atención adecuada ni contribuyen a generar la necesaria igualdad de oportunidades para todas las personas, especialmente entre las más postergadas.
Atender problemas como los dichos es responsabilidad, en primer lugar del Estado, pero también de todos los sectores involucrados en la vida social que pueden, con su conocimiento y esfuerzo, contribuir a la tarea de mejorar el presente y proyectar un futuro mejor para todos.